* Decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural, con catagoría de Monumento, el inmueble correspondiente a la iglesia de San Miguel el Alto (Toledo).
* Decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural, con catagoría de Monumento, el inmueble correspondiente a la iglesia de San Miguel el Alto (Toledo).
Esta iglesia es una de las antiguas parroquias latinas de la ciudad de Toledo. Al parecer, en sus inicios (siglo XII) estuvo en relación con la Orden del Temple, sirviendo como capilla u oratorio de la hospedería que, según se cree, tuvieron los caballeros de esta Orden en las inmediaciones del templo.
En el siglo XVII sufrirá una remodelación prácticamente total, que sobre todo afectó al crucero y a la capilla mayor. Respecto al cuerpo de la iglesia, los alzados fueron transformados; pero se mantuvieron sus techumbres de madera, con lo que pervive, en esta parte, un carácter mudéjar.
De la anterior edificación fue conservada su torre mudéjar, exenta del resto del templo. De planta cuadrangular, queda estructurada mediante un machón central al que rodean las escaleras, sostenidas por bóvedas en saledizo de abolengo islámico. Pertenece al tipo más decorado de torres mudéjares toledanas, y por lo mismo, corresponde a la época más tardía ese estilo (fines del siglo XIII o inicios del XIV). Exteriormente, esta torre mantiene en sus partes bajas un diseño liso de mampostería encintada. En tanto que, en su parte alta, presenta los consabidos arcos entrecruzados, sobremontados por recuadros con otros arcos lobulados, que apoyan sobre columnas de cerámica vidriada; detalle que emparenta a esta torre con las de San Román y de Santo Tomé.
La iglesia es de planta rectangular, de la que sobresale su capilla mayor. Consta de tres naves de anchura semejante, con techumbres de madera, y son jaharrados todos los alzados interiores. Tiene crucero de amplios brazos, sobre cuyo tramo central se levanta una cúpula sobre pechinas, sin tambor ni linterna.
Tanto el crucero como la capilla mayor se cubren por bóvedas de medio cazón con lunetas.
San Miguel el Alto presenta una singularidad, su cobertizo, sobre el que se asienta su capilla mayor; este tipo de elementos arquitectónico- urbanísticos, tan propios de los conventos toledanos, son enteramente inusuales en iglesias parroquiales. En su momento parece que sirvió de comunicación entre el templo y la supuesta hospedería.
Desde 1842, año en que la iglesia dejó de tener culto, comenzó a sufrir un progresivo abandono y deterioro. En 1888 fueron repintadas las techumbres de sus naves y en 1936 fueron causados daños notables en su interior. Tras una restauración acometida en los años cincuenta, ha vuelto a ser utilizada como iglesia, en calidad de filial de la parroquia de San Justo.



