11/12/2000JCCM

En la campaña del año 2000 EL VIENTO, LA GRAN CANTIDAD DE BIOMASA VEGETAL Y LAS NEGLIGENCIAS, PRINCIPALES CAUSAS DE LOS INCENDIOS

Los 726 incendios que ha sufrido la región desde el 1 de enero al 15 de octubre han supuesto un total de superficie quemada de 7.926,60 hectáreas, lo que nos sitúa ante una de las campañas más complicadas de los últimos 20 años, si bien es superada por la superficie forestal quemada en 1985, 1991 y 1994.


Los 726 incendios que ha sufrido la región desde el 1 de enero al 15 de octubre han supuesto un total de superficie quemada de 7.926,60 hectáreas, lo que nos sitúa ante una de las campañas más complicadas de los últimos 20 años, si bien es superada por la superficie forestal quemada en 1985, 1991 y 1994.

Las adversas condiciones climatológicas –el verano más seco de los últimos años, con precipitaciones inferiores a los 10 litros durante los meses de julio, agosto y septiembre, y los fuertes vientos racheados, de entre 50 y 70 kilómetros por hora-, unido a la gran cantidad de biomasa forestal seca y las negligencias, han sido las causas principales de los 726 incendios que ha sufrido Castilla-La Mancha desde el 1 de enero al 15 de octubre de este año.

Así lo afirmó hoy el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Alejandro Alonso, quien compareció hoy a petición propia en la Comisión de Agricultura y Medio Ambiente para informar, una vez finalizada, sobre el desarrollo de la campaña de contra incendios de este año.

Alonso explicó que las condiciones climatológicas han sido tan adversas que “este año “ya estabamos en situación de alerta a finales del mes de febrero, por lo que hubo de anticipar una serie de medidas preventivas, que normalmente no se ponen en marcha hasta los meses de primavera –abril, mayo y junio-“.

Esta climatología adversa -un invierno muy seco, una gran cantidad de lluvias entre el 22 de marzo y el 31 de mayo y la escasez prácticamente total de precipitaciones durante los tres meses estivales- dieron lugar al desarrollo de una gran cantidad de vegetación herbácea, que a partir del mes de julio se convirtió en combustible vegetal que ha favorecido la propagación de los incendios.

A esta gran cantidad de biomasa forestal y a las negligencias–explicó el consejero- hay que unir los fuertes vientos racheados de poniente que han sido los desencadenantes y propagadores de los grandes incendios que ha sufrido nuestra región este año y que han supuesto un total de 7.926,60 hectáreas quemadas en nuestra región desde el 1 de enero hasta el 15 de octubre, fecha hasta la que se ha mantenido funcionando el dispositivo contra incendios en las comarcas forestales de la Comunidad Autónoma.

“A la vista de estos datos, se vuelve a poner de manifiesto la decisiva importancia que juegan las condiciones meteorológicas en el desarrollo de las campañas contra incendios, así como que debido al gran número de parámetros que intervienen en el desarrollo de la misma siempre existe un alto grado de incertidumbre sobre el resultado final de estas campañas, con independencia de los recursos que se destinen a las mismas”, señaló Alonso.

En este sentido, el consejero señaló que a la vista de los gráficos y de la evolución de los incendios, con dientes de sierra muy acusados cada 4 ó 5 años, parece que se puede hablar de que los condicionantes meteorológicos tienen un comportamiento cíclico que incide la evolución de los incendios y los resultados de las campañas.

3.440 millones y 2.641 personas se destinaron a la lucha contra incendios

Tras hacer un exhaustivo repaso de los equipos de vigilancia, detección y extinción tanto terrestres como aéreos desplegados por la Consejería en esta campaña, Alonso recordó que para la campaña contra incendios de este año se han destinado 3.440 millones de pesetas, de los que 3.090 fueron aportados por el Gobierno regional y 310 millones por la Administración central, así como que un total de 2.640 personas han trabajado en las labores de prevención, vigilancia y extinción de los incendios.

A pesar de todos estos medios, superiores a los de años anteriores, en Castilla-La Mancha se han registrado un total de 726 incendios forestales, de los que 229 fueron en la provincia de Toledo, 147 en la de Cuenca, 138 en la de Guadalajara, 130 en Ciudad Real y 82 en Albacete.

Del total de incendios sufridos este año, 374 fueron menores de una hectárea (conatos); 236 fueron mayores de 1 hectáreas, pero menores de 5 hectáreas; y 116 incendios fueron superiores a las 5 hectáreas. Esto significa que “el 51,1% de los fuegos fueron controlados y extinguidos en fase de conato, el 32,5% cuando eran menores de cinco hectáreas y sólo el 16% de los fuegos quemaron más de cinco hectáreas”.

No obstante y a pesar de que más del 83% de los incendios pudieron controlarse en sus primeras fases de desarrollo, en Castilla-La Mancha ardieron un total de 7.926,60 hectáreas, la cifra más alta de los últimos 6 años, sólo superada en 1991, con más de 10.000 hectáreas y en 1994, con más de 32.000 hectáreas quemadas. Como dato positivo, hay que señalar que el número de incendios este año fue muy superior a los producidos esos años, por lo que, en términos relativos, la incidencia de los fuegos ha sido menor.

Asimismo, el consejero destacó que Castilla-La Mancha no se encuentra entre las Comunidades Autónomas con mayor incidencia de incendios y de hectáreas quemadas.

Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, entre 1996 y 1999, Galicia fue la región con más incendios, seguida de Castilla y León y de Asturias, mientras que por el número de hectáreas arrasadas por el fuego se encuentran en primer lugar Castilla y León, seguida de Galicia y de Cataluña.

Siguiendo la información que facilita el Ministerio de Medio Ambiente en su Informe de Coyuntura del mes de noviembre de 2000, en España la superficie forestal afectada ha sido el 0,533%, mientras que en Castilla-La Mancha ha sido del 0,423%. “Y les recuerdo que Castilla-La Mancha cuenta con una superficie forestal de 1.870.000 hectáreas”, dijo Alonso.

Principales incendios

Los incendios más significativos y más importantes, por el número de hectáreas arrasadas, de nuestra región ocurrieron en las provincias de Albacete, Cuenca y Guadalajara y todos ellos durante el mes de agosto.

El primero de ellos tuvo lugar en la Sierra de Cabrejas (Cuenca) a causa de una máquina picadora de paja que fue identificada y ardieron un total de 1.689 hectáreas, de las que 1.000 eran arboladas, entre las 13,15 horas del 2 de agosto y hasta las 22.00 horas del día siguiente.

El incendio de Liétor (Albacete) supuso que un total de 1.560 hectáreas, de las que 780 eran arboladas, fuesen arrasadas entre las 14.50 horas del día 3 de agosto hasta las 7.00 horas del día 4. En este caso, un rayo fue el causante del fuego.

En el incendio de Almansa (Albacete), que se detectó a las 16.02 del 17 de agosto y se controló en la madrugada del día 20, ardieron un total de 1.806 hectáreas, de las que 1.660 eran arboladas. Según los datos de que se disponen, este incendio fue intencionado.

Un total de 2.893 hectáreas, de las que 2.552 fueron forestales, ardieron en el incendio de Pareja (Guadalajara), que se detectó a las 16,25 horas del día 19 y se controló en la tarde del día 21 y cuya causa más probable fue una negligencia. Cabe destacar que sólo entre las 4 y las 5 de la tarde del día 20 ardieron 2.000 hectáreas debido a los fuertes vientos racheados y la virulencia del fuego.

Otros dos incendios importantes fueron el de Bolarque-Sierra de San Cristobal (Cuenca), que se produjo a causa de un rayo y en el que ardieron 250 hectáreas, y el de Cifuentes (Guadalajara), producido por una negligencia y en el que se quemaron 541 hectáreas.

Las quemas agrícolas o de pastos, principales negligencias que han originado incendios

En esta campaña, las negligencias han sido el origen del 51,9% de los incendios sufridos en esta campaña, una causa que se ha incrementado notablemente con respecto al pasado año, que fue el origen del 33,7% de los fuegos.

Dentro de ellas, el empleo del fuego como labor cultural (quemas agrícolas y de pastos) aparece como causa del 61,8% del total de las negligencias. “El aumento de este tipo de incendios se ha debido fundamentalmente a la gran cantidad de residuos agrícolas y de pastos que, por unas u otras razones, se han quemado y han terminando por entrar en las zonas forestales”.

Precisamente por ello, la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha incluido como novedad “la ecocondicionalidad” en el borrador de la nueva Orden de siembras dentro de la Política Agraria Común, esto es “el incumplimiento de la normativa existente sobre quema de rastrojos supondrá que no se cobren las ayudas a la superficie de la parcela o parcelas afectadas”.

Por otra parte, la quema de basureros, municipales en su mayoría, ha sido la causa del 12,5% de los incendios originados por negligencias y las hogueras y cigarrillos han representado el 15,6% de las mismas.

Por el contrario, el rayo ha sufrido un fuerte descenso como causa desencadenante de los fuegos en este año, pasado del 31,7% de 1999 al 9,8% en este año. Los incendios intencionados se sitúan en cifras próximas a las de pasadas campañas, representando el 13,9%. Esta cifra contrasta con los registrados en el ámbito nacional, donde por esta causa se producen el 56,7% de los incendios.

Los incendios por otras causas (cables eléctricos, maquinaria, accidentes de tráfico, etc.) representan un porcentaje relativamente bajo –el 6,9%-, a los que hay que añadir que el ferrocarril continúa produciendo incendios –el 1,1%-, especialmente en la provincia de Ciudad Real. Asimismo, el 16,40% de los incendios son por causas desconocidas, una cifra similar a la de los últimos cinco años e inferior a la media nacional que se sitúa en el 27,1%.

El consejero se congratuló de que, a pesar del gran número de horas equipos y las condiciones de extrema peligrosidad y dificultad en las que han tenido que trabajar, “no hayamos tenido que lamentar accidentes dignos de consideración”. “Quiero sumar mi felicitación a las muchas que hemos recibido desde diferentes ámbitos e instituciones y hacerla llegar a todos los que han trabajado y colaborado con nosotros en la prevención, vigilancia y extinción de los incendios, ya que han hecho un gran trabajo que hay que reconocer”, concluyó Alonso.

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