El consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Luis Martínez Guijarro, indicó hoy en Madrid que “nuestros ríos necesitan de una atención especial para lograr que recuperen su buen estado ecológico y devolverles su funcionamiento como ecosistema”.

Pues, como señaló, “por todos es reconocido que del buen estado de sus ecosistemas ribereños se pueden obtener beneficios tales como un mejor control de las inundaciones, evitar daños por erosión de los márgenes, mejorar la depuración y calidad de sus aguas y mantener los equilibrios ecológicos”.

Martínez Guijarro hacía estas apreciaciones durante la presentación del Plan Nacional de Restauración de Ríos y su aplicación en la cuenca del Tajo, en la que participó junto al secretario general para el Territorio y la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Antonio Serrano, el presidente de la Confederación del Tajo, los consejeros de Madrid, Extremadura y el secretario general de ADENA.

Para el titular de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Gobierno regional “este Plan del Tajo es un buen comienzo y es muy bienvenido por el Gobierno de Castilla-La Mancha, como lo serán también el del Guadiana, Júcar, Segura, Guadalquivir e, incluso, Ebro, pues en la extensión de nuestro territorio albergamos parte de todas estas cuencas hidrográficas”.

“Implementar un Plan Nacional de Restauración de Ríos significa no sólo cumplir con las exigencias de la Directiva Marco del Agua –explicó el consejero- sino que pone de manifiesto que algo está cambiando en la percepción que tenemos de nuestras masas fluviales”, aseguró Martínez Guijarro, quien puso sobre la mesa importantes implicaciones para hacer compatibles todos los usos y actuaciones que devuelvan a nuestros ríos su papel como ecosistemas y, además, “hacerlo desde una perspectiva plural, dando cabida a la participación pública, multidisciplinar y multilateral”, aseveró.

Así en su opinión “lo más importante de este Plan es que marca un punto de incidencia en la consideración de los ríos como meros recursos productivos y asumir principios claros, próximos a una nueva cultura del agua, que dejan entrever un cambio en la política de aguas a nivel nacional, una gestión hidráulica más moderna, más eficiente y sostenible, y todo ello de la mano del Programa A.G.U.A.”

En este sentido, Martínez Guijarro indicó que la creación de “reservas Fluviales”, como una de las medidas importantes de este Plan Nacional, supone una disposición de extraordinario valor para los sotos fluviales, “de la que ya tenemos experiencia en Castilla-La Mancha”.

Así destacó que nuestra región fue la primera en disponer de esta medida específica de protección en nuestra legislación de Conservación de la Naturaleza y, desde 1999, ya son cinco las Reservas Fluviales, con algo más de 3.392 hectáreas, las que se encuentran integradas en nuestra Red de Áreas Protegidas. De ellas, tres se encuentran en la cuenca del Tajo y dos en las del Guadiana.

También se refirió a los parques naturales declarados en la cabecera de los ríos de esta cuenca, “como el del Alto Tajo o el de la Serranía de Cuenca, que protegen y conservan los tramos altos del río más largo de España y sus afluentes”.

Por ello, consideró oportuno que el futuro Catálogo Nacional de Reservas Fluviales debería también incluir otras figuras de conservación ya puestas en marcha por las Comunidades Autónomas con el fin de proteger tramos fluviales, o incluso, humedales.

Martínez Guijarro señaló, por último, la necesidad de establecer una colaboración entre administraciones y distintos profesionales e investigadores, pues esto marcará el éxito o el fracaso de un Plan tan ambicioso, como este”. Asimismo hizo un llamamiento a la implicación de los ciudadanos, bien a través de la información, de la educación ambiental o, directamente, a través de programas de voluntariado ambiental.