La Consejería de Medio Ambiente ha autorizado en los cuatro primeros meses de 2005 un total de seis instalaciones de gestión de vehículos al final de su vida útil, con el fin de realizar un correcto tratamiento de los residuos, considerados peligrosos, que generan los automóviles una vez que dejan de utilizarse por parte de los conductores.

La consejera, Rosario Arévalo, explicó que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha autorizado desde el año 2002 un total de 40 desguaces, mientras que otras 47 están en fase de tramitación.

Arévalo manifestó su satisfacción porque cada vez son más los propietarios de desguaces y talleres que cumplen todos los requisitos exigidos por la Administración para que sus instalaciones puedan proceder a un tratamiento de los vehículos que no incida de ninguna manera en su entorno.

“Estas instalaciones posibilitan una buena gestión de los residuos peligrosos y que estemos preparados para que a medio plazo se pueda realizar un completo reciclaje de todos los componentes de los vehículos, con el objetivo de que éstos, al final de su vida útil, no supongan ningún riesgo para nuestro medio ambiente”, dijo.

La consejera de Medio Ambiente recordó que estas instalaciones deben proceder a sacar los elementos contaminantes de los vehículos, como, por ejemplo, el aceite, el combustible residual o las zapatas, almacenarlos convenientemente y, posteriormente, enviarlos a los gestores autorizados para su definitivo tratamiento.

Según informó, entre otras medidas, desde la Consejería se están potenciando acciones encaminadas a conseguir que disminuya el impacto visual que suponen los vehículos abandonados y ha establecido nuevos requisitos que deben cumplir las instalaciones de nueva creación.

En este sentido, se refirió al nuevo anexo de la Orden de 2001 de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, publicado recientemente en el Boletín Oficial de Castilla-La Mancha, que establece que los talleres de este tipo de nueva creación deberán contar con un vallado perimetral de altura suficiente con elementos que minimicen el impacto visual de los vehículos.

La consejera explicó que esta Orden es la que regula los requisitos administrativos y técnicos que deben cumplir las instalaciones en las que se lleve a cabo la gestión de estos residuos. A los titulares de estas instalaciones les corresponde la figura de “gestores de vehículos al final de su vida útil”, y para poder trabajar han de presentar una solicitud de autorización.