El Hospital General Universitario de Ciudad Real incorpora la estimulación magnética transcraneal para el tratamiento de patologías de salud mental
La terapia se planifica de manera individualizada y se aplica con una bobina electromagnética sobre una zona concreta de la corteza cerebral, con una intensidad, duración y número de sesiones específicas para cada paciente.
Se trata de un tratamiento no invasivo y sin apenas efectos secundarios, inferiores a los de los psicofármacos de uso común en las patologías psiquiátricas.
Ciudad Real, 7 de marzo de 2024.- El Hospital General Universitario de Ciudad Real, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha incorporado recientemente a la cartera de prestaciones del área de Salud Mental la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT), una nueva terapia para tratar la depresión, cuadros de ansiedad, trastornos obsesivo compulsivos, estrés postraumático y adicciones.
La EMT es una terapia no invasiva que consiste en la aplicación de un estímulo magnético sobre una zona concreta de la corteza cerebral, que se realiza con una bobina que genera una corriente eléctrica de baja intensidad. Cada patología tiene una diana específica y la estimulación repetida en el tiempo y durante varios días provocará esa mejoría a nivel psicopatológico.
Tal y como explica el doctor Carlos Rodríguez, psiquiatra del hospital ciudadrealeño, la estimulación magnética transcraneal es un complemento de los tratamientos habituales, farmacológicos y psicoterapéuticos.
Es más, aclara el especialista, “se aplica con pacientes que llevan tratamiento, seguimiento y un diagnóstico psiquiátrico elaborado concretos y se valora individualmente si mejorarían con este tratamiento”.
En este sentido, Rodríguez recuerda que “estamos hablando de una terapia con planificación personalizada porque, a pesar de lo que determinen los protocolos y guías clínicas, cada persona tiene su tratamiento individualizado, tanto en dosis como en duración del mismo”.
La primera sesión ayuda a determinar en qué zona del cráneo se aplica la estimulación, pues en el caso del tratamiento de la depresión, por ejemplo, la zona a estimular sería la corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL). También contribuye a establecer el umbral motor o la intensidad de estímulo, que es distinta en cada persona y que variará en función del avance del tratamiento.
La duración oscila entre 25 y 30 sesiones de unos diez minutos para la depresión y de 20 para un trastorno obsesivo compulsivo. Aunque en los últimos tiempos se han establecido protocolos acelerados para intentar concentrar el mayor número de sesiones en pocos días, es muy difícil apreciar mejoría en un tiempo tan corto.
Carlos Rodríguez y el jefe del servicio de Salud Mental, el doctor Luis Beato, señalan que una de las grandes ventajas de la EMT es que apenas tiene efectos secundarios y que éstos son normalmente inferiores a los que provocan los psicofármacos. Lo más frecuente puede ser un ligero dolor de cabeza o leve molestia que remiten con un analgésico común.
“Algunos de los pacientes a los que se ha ofrecido el tratamiento se sorprenden y piensan que puede ser algo peligroso, pero cada vez están más informados y la estimulación magnética transcraneal empieza a ser un tratamiento conocido, que se usa en otras patologías, también fuera del campo de la psiquiatría”, explica el doctor Rodríguez.
El Hospital General Universitario de Ciudad Real inició los tratamientos con esta nueva terapia el pasado mes de diciembre, al igual que el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, los dos centros que, de momento, han incorporado los equipos adquiridos con fondos procedentes del Plan de Acción en Salud Mental del Ministerio de Sanidad.
El objetivo del SESCAM es incorporar nuevos equipos en los Hospitales de Guadalajara, Cuenca y Mancha Centro, y que junto a los de Albacete y Ciudad Real y el que ya funciona en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, configuren un potente Programa de Depresión Resistente.