El convento de la Asunción de Calatravas en Almagro se está sometiendo, desde el pasado mes de abril, a un exhaustivo proyecto de consolidación de estructuras que va a suponer una inversión de más de 422.000 euros. Los trabajos, que se acometen en tiempo y forma, tienen un plazo de ejecución de un año, y ya en estos primeros meses han solventado el problema de humedades que arrastraba el edificio, que es Monumento Nacional desde 1931.

Esta obra está incluida dentro de los acuerdos de la Comisión Mixta Junta de Comunidades-Iglesia, que van a suponer para Ciudad Real una inversión de un millón de euros, incluida la intervención en el convento de las Carmelitas Descalzas y la restauración del artesonado mudéjar de la iglesia de Santiago.

La obra está siendo compleja ya que, además de solucionar el problema de las filtraciones -que estaban provocando la aparición de humedades de hasta dos metros-, Cultura está interviniendo en la consolidación de estructuras y en la reparación de cornisas, con el fin de devolver a este edificio todo su esplendor.

En concreto, el proyecto contempla la reparación del crucero de la iglesia y del ábside. También se está reparando la red de saneamiento, con un seguimiento arqueológico de la zona de actuación, y la red de distribución de agua, sustituyendo algunos tramos de la conducción en los que pudieran observarse fugas puntuales.

Los trabajos contemplan asimismo la reparación de cornisas del patio, con la limpieza de las arquerías y columnas del claustro, y la consolidación de aquellos elementos que presenten un riesgo de desprendimiento. También se va a intervenir en la portada oeste de acceso al convento.

El convento de la Asunción de Calatravas data del siglo XVI. Se ha conservado en buen estado, pero no sin dificultades a lo largo de los siglos, sobre todo a partir del siglo XIX, con la exclaustración y la supresión por Real Decreto (de octubre de 1835) de las órdenes religiosas. Entonces, el convento queda abandonado después de pasar sus bienes a ser propiedad del Estado y comienza su declive, hasta que en 1850 vuelve a la Orden de Calatrava, y en 1851 un Real Decreto de 1 de mayo lo declara Monumento Histórico.

En 1902 el convento es restaurado para acoger a la Comunidad de Dominicos de Andalucía, que se traslada a Almagro. Las obras de reparación comenzarían un año después, con alteraciones en el edificio demandadas por sus nuevos inquilinos. El 3 de junio de 1931 es declarado Monumento Nacional, y vive una época de cierta tranquilidad hasta que la Guerra Civil vuelve a hacer mella en él.

Hasta 1987 no se inicia una verdadera campaña de restauración. Un año más tarde se acomete la rehabilitación del antiguo colegio dominico como hospedería en una operación que pretende incrementar el número de plazas disponibles en Almagro para albergar a los turistas y a los numerosos asistentes al Festival Internacional de Teatro Clásico.

Entonces se descubre la portada original y su interior es transformado de modo radical. Las obras concluyen en 1991, momento en el que el arquitecto Francisco Jurado Jiménez presenta su proyecto de restauración completa del convento, aunque no llega a solucionar todos los problemas que presenta el edificio.