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26/09/2004JCCM
Durante la lectura del pregón inaugural de las fiestas patronales de la localidad

CASTELLANOS DESTACA EL CARÁCTER EMPRENDEDOR DE LOS HABITANTES DE ABENGIBRE (ALBACETE)

La consejera de Administraciones Públicas abre las fiestas de la localidad albaceteña, que tienen en la celebración de los “Alardes de Moros y Cristianos”, una tradición que se remonta al siglo XIX, su acto central.

La consejera de Administraciones Públicas, María Llanos Castellanos, se desplazó anoche a la localidad albaceteña de Abengibre, donde participó en el desfile de carrozas y leyó el pregón en el acto de apertura de las fiestas patronales en honor a San Miguel Arcángel.

En su discurso, Castellanos resaltó el “carácter emprendedor” de los habitantes de Abengibre, muchos de los cuales tuvieron que emigrar en los años 60 a regiones limítrofes para buscar trabajo y hoy están al frente de prósperos negocios.

Los vecinos que permanecieron en el municipio, agregó la titular de Administraciones Públicas, centraron su labor en el transporte de productos agrícolas y sobre todo en la venta ambulante.

Por ello estas fiestas patronales, “los días más importantes que vive el pueblo”, son fechas para el encuentro de las familias con los seres queridos, aparcando el trabajo por unos días.

María Llanos Castellanos aprovechó también su pregón para destacar el gran esfuerzo de la alcaldesa de la localidad, Felicidad Alberola, por atender las necesidades de sus vecinos, y recordó que Abengibre fue el primer municipio de Castilla-La Mancha en solicitar ayudas a la Junta de Comunidades ante los daños causados por las lluvias torrenciales de este verano.

La consejera estuvo acompañada en el acto por la alcaldesa y la Corporación municipal en pleno, el delegado de la Junta de Comunidades en Albacete, Manuel González, y el delegado provincial de Educación y Ciencia, Valentín Castellanos.

Fiesta centenaria

El acto central de las fiestas de Abengibre lo constituyen los “Alardes de Moros y Cristianos”, una celebración que se remonta al siglo XIX, cuando fueron escritos por un vecino del municipio, Bernardino Pérez Iniesta.

En ellos se representa una “batalla” entre ambos bandos, todos los contendientes vestidos con trajes llenos de encajes, sedas y pedrerías, y que finaliza con el rescate del patrón del municipio por parte de las comparsas cristianas.

El realce de estas fiestas ha supuesto en los últimos años la afluencia de numeroso público venido de pueblos de la comarca, lo que ha hecho necesario la utilización de equipos de megafonía para llevar a cabo la representación.

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