La consejera de Cultura, Blanca Calvo, ha inaugurado esta tarde la exposición “Ángeles de Tartanedo”, en las salas del Duque del Palacio del Infantado de Guadalajara, donde se ubica el Museo Provincial.

Blanca Calvo ha destacado el valor único de esta serie de cuadros, la única de ángeles marianos que conserva las doce piezas, sólo semejante a una que se recoge en La Rioja, aunque incompleta. “Es una satisfacción poder contemplar hoy este conjunto completo e intacto”, ha manifestado la consejera.

La titular de Cultura ha señalado que “esta exposición demuestra el compromiso que el Gobierno regional tiene con la Iglesia para conservar el patrimonio mueble de la región”. Durante 2005, se invirtieron casi 400.000 euros en la restauración del patrimonio mueble de titularidad eclesiástica, a lo que hay que sumar las inversiones realizadas en base a los acuerdos de la comisión mixta para la rehabilitación de patrimonio inmueble.

Esta exposición se enmarca dentro de las actividades programadas para celebrar la Semana Internacional de los Museos, que este año está dedicada a “Los jóvenes y los museos”. Calvo ha destacado algunas de las actividades más significativas que organiza el Museo Provincial de Guadalajara, como son la “Fiesta-Concierto”, el viernes 19; así como el “Taller de Arqueología experimental para jóvenes” y la “Noche Ducal”, ambos el sábado 20.

Estos doce ángeles, que durante este mes de mayo se podrán ver en el Museo Provincial de Guadalajara, son seres andrógenos, con idealizados rostros infantiles, en poses que asemejan pasos de danza, vestidos con los atuendos de moda en la sociedad virreinal que están llenos de historia y de símbolos.

Los cuadros llegaron a Tartanedo (Guadalajara) desde el otro lado del océano hace dos siglos y medio para decorar la capilla de la Iglesia de San Bartolomé y ahora, tras el trabajo del Centro de Restauración de Castilla-La Mancha, volverán a Tartanedo después de la primavera, donde serán colocados de nuevo en las capillas de la Iglesia de San Bartolomé.

Trabajos de restauración

El Centro de Restauración de la Consejería de Cultura ha trabajado para restaurar estas doce piezas de arte.

Cuando los “Ángeles de Tartanedo” llegaron al Centro de Restauración se encontraban bajo los efectos de dos siglos y medio de exposición al polvo y presentaban desgarros, manchas de humedad, restos de insectos y oscurecimiento del barniz, elementos que habían hecho que los ángeles apenas se distinguieran en la penumbra de la iglesia.

Rescatar el patrimonio mueble, restaurarlo y darlo a conocer, para que pueda ser disfrutado por todos es uno de los empeños principales de la Consejería de Cultura y del su Centro de Restauración de Bienes Muebles. Por eso surgió el compromiso de recuperar estos doce cuadros.

Blanca Calvo ha destacado lo que ella ha denominado “el milagro de la restauración” y cómo piezas que se han ido deteriorando con el tiempo se recuperan “gracias a la paciencia y al amor que se pone en el trabajo, pero también gracias al oficio mismo de la restauración, que utiliza técnicas muy novedosas”.

Cada obra que se pasa por el Centro de Restauración sufre un proceso complejo de restauración, con las técnicas más diversas y con una minuciosidad admirable. En este caso, la intervención ha consistido en la limpieza y restauración del soporte, consolidación, readhesión y planado de los estratos pictóricos, entelado, sujeción en bastidor de madera, eliminación de suciedad y barnices, estucado de lagunas de policromía, reintegración cromática y barnizado.

Los trabajos del Centro de Restauración se han desarrollado en dos fases. En la primera, se intervinieron cinco ángeles del retablo de Santa Catalina y, en la segunda fase, se trabajó con los siete ángeles del retablo de la Inmaculada.

La consejera de Cultura ha destacado que lo que han conseguido los profesionales del Centro de Restauración es precisamente “darles luz, esplendor, la misma luz que trajeron de Perú y que habían perdido con el transcurrir de los años”.

Colaboración institucional

Calvo ha subrayado la importancia de la colaboración de los poderes públicos con la Iglesia para recuperar piezas del valor y la relevancia de los “Ángeles de Tartanedo”. Un trabajo que hace posible que los vecinos de Tartanedo, los ciudadanos de Guadalajara y todos los visitantes puedan ahora disfrutar de ellos.

Así, la consejera de Cultura ha agradecido el trabajo minucioso y detenido de los restauradores. Igualmente, ha dedicado unas palabras de agradecimiento a la Asociación de Amigos de Tartanedo, así como al director del Museo Provincial de Guadalajara, Fernando Aguado, por haber acogido estos ángeles en el museo y por haberles dado un papel tan importante en la Semana de los Museos.

Los doce ángeles

Los doce “Ángeles de Tartanedo” pertenecían en el siglo XVIII a Don Carlos de Montesoro y Ribas, cabeza de una familia de los más eminentes del Señoría de Molina. Este noble decidió renovar la decoración de la Iglesia de San Bartolomé en Tartanedo, que era un pueblo prospero donde vivían nobles familias vinculadas a la ganadería trashumante.

Los doce ángeles se corresponden con las doce estrellas de la corona de la Inmaculada. El número doce sugiere las doce tribus de Israel y los doce apóstoles, y simboliza la plenitud.

La serie de doce ángeles procede del antiguo virreinato del Perú, y constituye la única serie completa con ángeles portadores de emblemas de la Inmaculada conocida en España y, posiblemente, en toda Hispanoamérica.