La consejera de Cultura inauguró esta tarde la exposición “Azorín y Cervantes”, en Argamasilla de Alba (Ciudad Real). La inauguración ha servido a la vez de clausura oficial de los actos conmemorativos del IV Centenario del Quijote y del I Centenario de La Ruta de Don Quijote de Azorín, que también celebraba la localidad manchega.

Blanca Calvo manifestó que “hay distintos quijotes, porque al Quijote lo hacen las distintas generaciones de lectores. Para unos ha sido un libro de aventuras, para algunos de amor, para otros de humor”.

Igualmente, afirmó que se trata de “un libro caleidoscópico que va girando con los años, porque cada sociedad lo puede leer de una manera. Eso es algo que solo sucede con las obras maestras”.

La consejera destacó el papel de la Generación del 98 en la celebración del tercer centenario del quijote, en 1905, y especialmente de escritores como Unamuno, Machado y Azorín sobre todo, porque estaban en plena producción, y por eso fueron claves para la conmemoración de la obra cervantina.

Calvo calificó a esta Generación, junto con la del 27, como la Edad de Plata de la Literatura española. Y afirmó que “la Generación del 98 asumió el personaje del Quijote como una forma de ser español”.

Por otro lado, la titular de Cultura manifestó que “el IV Centenario ha sido especialmente importante porque era necesario poner al Quijote física y metafóricamente en cada casa. Físicamente por el placer que representa la lectura del libro; y metafóricamente por los valores de idealismo, libertad, compasión y solidaridad que el Quijote representa”.

Blanca Calvo ha destacado el esfuerzo editor realizado durante todo el año con ediciones populares del Quijote, varias de ellas a un precio asequible, lo que ha posibilitado que todo el mundo tenga el Quijote en su casa.

La cultura crea riqueza

Ha manifestado que el IV Centenario ha conseguido dos cosas. “Lo más poético ha sido volver a sacar el Quijote del libro y, a lo largo del año, el Quijote se ha transformado desde un esqueleto en un personaje de carne y hueso, que ahora está vivo y lleno de salud”. Por otro lado, se ha referido también a un efecto económico, por poner a Castilla-La Mancha y a pueblos como Argamasilla de Alba en el mapa. “Porque también la cultura, y de ello estamos convencidos en esta Consejería, crea riqueza”.

Además de asistir a estos actos, Blanca Calvo firmó en el Libro de Honor del IV Centenario en la Cueva de Medrano, el lugar en donde la tradición dice que Cervantes empezó a escribir el Quijote mientras estaba preso.

Sobre la exposición “Azorín y Cervantes”, el alcalde Argamasilla, José Díaz Pintado, ha afirmado que era “una exposición sencilla pero muy emotiva”, y ha manifestado que Argamasilla tiene un compromiso de gratitud con Azorín, y que “el mejor homenaje que se puede hacer hoy a este escritor es leerlo”.

La localidad de Argamasilla de Alba se considera tradicionalmente como “el lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse”, y por eso conmemora ambas efemérides: el IV Centenario del Quijote y el I Centenario de La Ruta de Don Quijote de Azorín.

Esta obra surgió como recopilación de los artículos que el autor alicantino hizo por encargo de El Imparcial. Esta ruta ha sido tomada como referencia por los municipios de Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Alcázar de San Juan y El Toboso para crear conjuntamente la denominada “Ruta de ensueño”. Y ambas han sido recogidas en el libro publicado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, “Ruta del Quijote”.

En recuerdo de este autor, se ha rehabilitado la vieja botica de Don Carlos Gómez, lugar en el que Azorín se reunía con los “Académicos de la Argamasilla”, mencionados en su libro.

Durante estos días se puede visitar igualmente la Iglesia de San Juan Bautista, en la que se encuentra el cuadro exvoto de Don Rodrigo Pacheco, personaje en el que, según la tradición, se habría inspirado Cervantes para su Quijote. El original de esta imagen fotográfica se encuentra en la exposición “El mundo de Cervantes” en el Centro de la Villa de Madrid.