El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, apreció esta mañana el acierto de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) por distinguir la trayectoria del cervantista Eulalio Ferrer con su Medalla de Oro, la máxima distinción que concede esta institución.

El presidente Barreda realizó esta valoración en el marco del solemne acto de apertura del curso académico 2006/07 de la UAH, que José María Barreda describió, tras escuchar la lectura de la Memoria del pasado curso, como “una universidad moderna, que está a la vanguardia de la investigación y que cumple su labor docente”.

Del mismo modo, el presidente regional felicitó al decano de la Facultad de Biología de la UAH, Ricardo Paniagua, por la concisión y excelencia de su Lección Inaugural, que versó en torno a las células madre.

El presidente regional recordó las palabras de Carlos Fuentes, cuando recogió el premio Cervantes en el Paraninfo de la UAH, en las que aseveraba que son habitantes del territorio de La Mancha todos los que hablamos español a uno y otro lado de la mar océano, y argumentó Barreda que, en consecuencia, “somos, por tanto, muchos los paisanos, muchos los manchegos a uno y otro lado del océano que compartimos la lengua de Cervantes”.

Asimismo, el jefe del Ejecutivo castellano-manchego relató como Eulalio Ferrer, el oficial más joven de la República, “salió por la frontera, vencido pero no derrotado, y cambió un paquete de cigarrillos por un libro, ‘El Quijote’, que le sirvió para sobrevivir en el campo de concentración pero también para llegar a México e iniciar una nueva vida gracias a la hospitalidad del Gobierno mexicano, que nunca agradeceremos suficientemente”.

El presidente del Gobierno regional aludió a la trayectoria de Eulalio Ferrer como publicista de éxito en México, creador de la agencia más importante de Latinoamérica, e incidió en como paralelamente se dedicó a cultivar y difundir el legado cervantino, fundando en Guanajuato el Museo Iconográfico de ‘El Quijote’, el único que existe en el mundo dedicado exclusivamente a este aspecto.

Guanajuato, un lugar de La Mancha al otro lado del océano

El presidente autonómico evocó como el pasado año, con motivo de la conmemoración del IV Centenario de la Publicación de ‘El Quijote’, tuvo oportunidad de conocer la ciudad de Guanajuato y como le embargó la “emoción de encontrarme como en cualquier lugar de La Mancha”.

El presidente Barreda concluyó argumentando que “El Quijote está en todas partes. Vive, como solo pueden hacerlo los clásicos, en la conciencia y el espíritu de todos los manchegos que viven a ambos lados de la mar océano” y reconociendo la contribución cultural y humanista de Eulalio Ferrer, que “llegó a México con un libro y ha dejado un legado espectacular. Por eso, quiero agradecer a Alcalá de Henares y a su Universidad como lo han tratado y la distinción que le han concedido”.

Por su parte, Eulalio Ferrer, tras expresar su profunda gratitud por la distinción de la Universidad de Alcalá de Henares, una localidad que dijo sentir como sinónimo enraizado de Cervantes por ser la ciudad de origen del literato, recordó como su primer encuentro con la obra cumbre del escritor tuvo lugar en un campo de concentración en Francia.

Ferrer afirmó que la lectura de ‘El Quijote’ supuso en aquel momento un medio de evasión y se convirtió en un bálsamo para el dolor espiritual, por verse alejado de su país, y para el físico, ante la cruenta realidad de su presidio en el país galo.

Ferrer concluyó alegando que la semilla quijotesca que plantó aquel libro en él germinó en el Museo Iconográfico de El Quijote, que Eulalio Ferrer fundó en Guanajuato (México), institución que reúne más de mil piezas en torno a ‘El Quijote’ y que su fundador concibe como “un santuario de el caballero de la triste figura en México en agradecimiento a la hospitalidad con la que este país acogió a los exiliados españoles tras la Guerra Civil”.

Por otra parte, el rector de la Universidad de Alcalá de Henares, Virgilio Zapatero, afirmó que la concesión de la Medalla de Oro al cervantista Eulalio Ferrer obedece a su labor de promoción de la lengua y cultura española, su contribución a la difusión del legado cervantino y por ser acreedor de una impecable trayectoria intelectual y política que ha realzado el nombre y la imagen de España en América.