El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se mostró convencido de que perpetuar una situación desigual lo único que hace es consagrar la desigualdad y así, momentos antes de la celebración del Consejo de Dirección del Instituto de la Mujer, Barreda subrayó que “la discriminación positiva no sólo me parece constitucional, sino que me parece necesaria”.

Y es que el presidente de Castilla-La Mancha sostiene que si se parte de una situación desigual, como es el caso de la mujer, y se trata de manera igualitaria a todo el mundo, no se corrige esa desigualdad, sino que se perpetúa. “La Constitución Española habla a favor de la justicia y de que los hombres y mujeres sean iguales”, aseveró.

En declaraciones a los medios de comunicación indicó que, la política de mujer por la que apuesta el Gobierno regional, no se circunscribe al Instituto de la Mujer sino que todas las consejerías tienen que asumir como una de sus prioridades políticas la atención integral a la mujer, “porque, en definitiva, se está hablando de más de la mitad de la población y su presencia es permanente en todos los sectores sociales”.

En este sentido recordó que, cuando se habla de educación, se habla de niños y de niñas, de universitarios y de universitarias, luego se habla de mujer de una manera evidente, algo que también ocurre cuando se habla de servicios de bienestar social. Incidió en el hecho de que todos los servicios de carácter general hablan de mujeres, y también los que tienen algún carácter especial.

Con estos últimos se refería Barreda a cuestiones tan “lamentables” como la violencia doméstica. Un asunto que se repite con demasiada frecuencia y en algunas ocasiones con resultado de muerte. Así recodó que es espeluznante comprobar con que frecuencia se producen casos de violencia de género en toda España.

Castilla-La Mancha fue pionera a la hora de abordar esta problemática y contribuyó de forma decisiva a poner esta cruel realidad “sobre el tapete de la vida pública nacional”, manifestó Barreda que indicó que fue el Ejecutivo castellano-manchego el que sacó esta lacra social del ámbito de los doméstico.

José María Barreda explicó que las mujeres de Castilla-La Mancha, sabedoras de que su Gobierno y la Administración regional las protege, se han animado a hacer más denuncias. A juicio del presidente esto demuestra que se da una situación nueva que da seguridad a esas mujeres maltratadas, que antes callaban porque no encontraban apoyo social ni respaldo político.

Añadió que ahora las mujeres denuncian porque la Ley de Castilla-La Mancha ha puesto una red regional de centros de atención a la mujer que es la más completa de España, ya que disponen de asesoría jurídica, ayuda psicológica y se presta un servicio, “que ha inspirado el resto de leyes similares que se han aprobado en otras comunidades autónomas e incluso ha influido en la Ley nacional que ahora tiene tanta actualidad”.

De igual modo opinó que, en la realidad, la mujer sufre una discriminación y que es objeto de abusos por el mero hecho de tener más debilidad física o económica, y si a esto se añade que todos los días vemos en la prensa casos que hablan de esa circunstancia, “hacer un debate jurídico nominal acerca de los derechos en los que algunos los plantean, me parece reaccionario”, apuntó.

A juicio del presidente de Castilla-La Mancha es constitucional y necesario hacer un esfuerzo de discriminación positiva “para acabar con este tipo de injusticias”.

La violencia no es individual

Por su parte, María Durán, vocal del Consejo de Dirección del Instituto de la Mujer, indicó que la violencia contra las mujeres no es algo individual y que todas las amenazas que se hacen a una mujer en un situación de violencia son graves. Recordó que la mayor parte de mujeres muertas lo son cuando han querido separarse.

Destacó que una de las cuestiones más importantes de la Ley es como contempla las distintas vertientes, por un lado la oportunidad que da a los niños y niñas para aprender a desarrollar habilidades en la resolución pacífica de conflictos y por otra, como plantea además de la asistencia a las víctimas, su recuperación.

El Consejo de Dirección y la Dirección del Instituto de la Mujer son los órganos rectores del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha.

El Consejo de Dirección, que se suele reunir con carácter ordinario tres veces al año, es el órgano superior de planificación y programación del Instituto de la Mujer. Entre sus funciones destaca la aprobación del Plan anual de actividades y la elaboración de la memoria anual sobre gestión y funcionamiento del Instituto de la Mujer que será presentado en las Cortes Regionales, entre otras.

El Consejo también informa de las propuestas sobre política de igualdad que afecten al conjunto de la acción gubernamental. Además se encarga de concertar la política de las distintas consejerías y de las corporaciones locales en lo referente a las políticas de igualdad de oportunidades entre los hombres y mujeres.