El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, participó esta mañana en la ceremonia de entrega del anillo cardenalicio a monseñor Cañizares. Barreda estuvo acompañado por el vicepresidente Segundo del Gobierno regional, Emiliano García-Page, en un acto que contó, además, con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega; y del ministro de Defensa, José Bono.

Con el que se ha celebrado esta mañana en la Plaza de San Pedro del Vaticano, culminan los actos de creación como cardenal del arzobispo de la Catedral Primada de Toledo. Precisamente y con tal motivo, el presidente Barreda ha regalado a Antonio Cañizares, en nombre de todos los castellano-manchegos, un Cristo, de Velázquez realizado en la técnica del damasquinado (oro de 24 kilates).

“Le deseo lo mejor, porque todo lo que representa será bueno para la iglesia española, para la diócesis de Toledo, en definitiva, será bueno para todos”, apuntó Barreda.

Previamente a este acto, el presidente de Castilla-La Mancha tuvo ocasión de asistir el viernes por la noche con el cardenal Cañizares a una recepción ofrecida por la Embajada de España en El Vaticano, en la que ejerció de anfitrión Jorge Dezcallar y a la que también asistieron María Teresa Fernández de la Vega y José Bono.

En este contexto, la vicepresidenta del Gobierno de España brindó por el reconocimiento que el Santo Padre había realizado con monseñor Cañizares y con España. Asimismo, destacó el afecto de España y del Gobierno español al Sumo Pontífice Benedicto XVI y le deseó un largo y fructífero pontificado.

Por su parte, el cardenal Cañizares agradeció la presencia de los presidentes de su Comunidad Autónoma natal, Valencia, y de adopción, Castilla-La Mancha. Del mismo modo, agradeció al Santo Padre “que se haya fijado en España y en Toledo”. En respuesta al brindis de Fernández de la Vega, Cañizares le deseó “lo mejor para su Gobierno, porque deseo lo mejor para España”.