El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, aseguró esta mañana, en la inauguración del IX Congreso Estatal del Voluntariado en Toledo, que los voluntarios desempeñan un papel crucial en la sociedad del siglo XXI, pues “nos recuerdan que otro mundo es posible si nos comprometemos y organizamos para hacerlo probable”.

Por este motivo, el presidente Barreda mostró su agradecimiento a todos los que hacen posible que en España exista un movimiento del voluntariado eficaz y eficiente por “su optimismo y confianza en que las cosas, por difíciles que sean, pueden cambiar”.

Asimismo, el jefe del Ejecutivo regional expresó su satisfacción por el hecho de que Toledo haya sido la ciudad escogida para acoger la IX edición del Congreso Estatal del Voluntariado, pues la ciudad recupera, “en clave de solidaridad, su condición de capital espiritual del compromiso”.

Tras recordar el legado histórico que otorga a la capital regional el sobrenombre de ciudad de las tres culturas, el presidente del Gobierno autonómico argumentó que “este sedimento cultural debería favorecer el entendimiento de un mundo complejo que necesita concordia y paz, no odio y violencia”.

Precisamente, según afirmó Barreda, el movimiento del voluntariado es el instrumento idóneo para conseguir una sociedad más justa e igualitaria. En este punto, precisó que el sustantivo voluntariado no debe confundirse con “voluntarismo”, pues el primero “implica, además de la intención adoptada libremente de hacer algo, inteligencia y organización para conseguirlo con eficacia”.

En opinión del presidente regional, el voluntariado constituye una nueva forma de militancia, que reúne, organiza y potencia colectivamente la fuerza individual. Algo, aseveró, que demuestra que “también en esto la unión hace la fuerza y la coordinación la eficacia”.

Según argumentó José María Barreda, el voluntariado ofrece la mejor respuesta posible para afrontar la injusticia y la desigualdad, la conjunción del “corazón y la cabeza, pues se trata de un espíritu práctico, social y comprometido con la realidad”.

El presidente del Gobierno autonómico aludió a una de las lecturas que más le ayudaron en su juventud a formar su espíritu crítico, la encíclica ‘Pacem in terris’, publicada por el Papa Juan XXIII, y a la que debe, apuntó, “un gran influencia en la concepción del mundo y de la vida, que se fraguó en aquellos años de formación, alimentados de la alegría y la esperanza del Vaticano II”.

Desarrollo igualitario y en armonía con el medio ambiente

Del mismo modo, se refirió al pensamiento de Pablo VI, que concebía al desarrollo el método más eficaz para alcanzar la paz. Un desarrollo, matizó Barreda, que no puede ser “desigual, ni basarse en un comercio injusto. No un desarrollo que destruye el medio ambiente y que no sea sostenible”.

Por el contrario, el presidente Barreda abogó por “un desarrollo que implique procesos de respeto a la dignidad del hombre y la mujer, de todos los hombres y de todas las mujeres, de la familia humana a la que se refiere la Declaración de Derechos Humanos”.

En este punto, mencionó el viaje que tuvo ocasión de realizar unos meses a El Salvador con objeto de conocer sobre el terreno “lo que hacen los voluntarios con la solidaridad de los castellano-manchegos”. Una experiencia, subrayó, que “me comprometió aún más, pues comprobé que hacen buen uso de los recursos que la sociedad les facilita, convirtiendo la ayuda en acciones concretas muy necesarias”.

Barreda concluyó su intervención compartiendo con las más de 500 personas concitadas en la antigua iglesia de San Pedro Mártir dos preguntas que evidencian que deben cambiarse las prioridades de la política mundial: “¿Por qué hay dinero para llegar al otro lado de la luna y no a la marginación del otro lado de la calle? y ¿Por qué hay presupuesto para armas que podrían volar varias veces el planeta y no hay recursos para sentar a todos los niños de la tierra ante una pizarra?”.

El acto de inauguración de estas jornadas estuvo presidido por su Alteza Real, el Príncipe Felipe, y contó con la presencia del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera; el consejero de Bienestar Social, Tomás Mañas; el alcalde de Toledo, José Manuel Molina; y la presidenta de la Plataforma del Voluntariado de España, Carmen Laviña; así como representantes e integrantes de asociaciones, organizaciones e instituciones relacionadas con el movimiento del voluntariado.

El Príncipe Felipe valoró la colaboración que ha recibido la organización del IX Congreso Estatal del Voluntariado de la Administración regional y la Universidad, que ha cedido sus instalaciones para acoger las jornadas.

Asimismo, expresó su satisfacción por el hecho de que “las cifras, referidas a las entidades dotadas con fines de naturaleza social y a las personas involucradas en el movimiento voluntario, muestran un crecimiento excepcional en nuestro país, síntoma inequívoco de salud social, lo que nos infunde una lógica esperanza”.

Un movimiento que merece la gratitud de la sociedad

Igualmente, manifestó que “el voluntariado merece la gratitud y el reconocimiento de toda la sociedad española, que ve muchos de sus mejores valores materializados en vuestra actividad y en vosotros mismos”.

Por otra parte, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, “se mostró convencido de que si conseguimos convertir a las ciudades en lugares de intercambio y encuentro serán además espacios de libertad”. Mientras que la presidenta de la Plataforma Estatal del Voluntariado, Carmen Laviña, aseguró que la clave del movimiento del voluntariado no se encuentra en la solidaridad, “la clave está en ser persona y ejercer los derechos como tal”.

Tras concluir el acto de inauguración, las autoridades se desplazaron hasta la ‘Feria de la Solidaridad’, que está formada por 43 expositores de diferentes instituciones, entidades y organizaciones no gubernamentales, en los que se muestra el trabajo voluntario que se lleva a cabo en España.