Castilla-La Mancha con la salud mental
En el último año más de 30.000 personas han pasado por las consultas de salud mental y unas 2.000 son atendidas a diario en la red de recursos de rehabilitación psicosocial y laboral de Castilla-La Mancha, unas cifras que reflejan el fuerte impacto asistencial y social de las enfermedades mentales, ya que no solo afectan a las personas que las sufren sino también a sus familiares, que son sus principales cuidadores.
La Federación Mundial para la Salud Mental ha querido destacar en la efeméride de este año la importancia de la intervención temprana para contribuir a la recuperación rápida y completa de las personas con enfermedad mental y facilitar su integración en la sociedad. Pide también establecer mecanismos de coordinación necesarios entre la atención primaria, la atención en salud mental y los servicios sociales.
Castilla-La Mancha, en ese sentido, se sitúa a la vanguardia en el cumplimiento de estos objetivos, ya que la política regional que se desarrolla desde hace más de dos décadas en materia de salud mental va en la misma dirección.
Así, en los últimos veinte años la región ha avanzado de manera notable en la atención integral que se ofrece a las personas con enfermedad mental y su integración sociolaboral, aunque todavía debemos entre todos dar un impulso para erradicar de manera definitiva la discriminación y estigmatización social que aún sufren estas personas por sus trastornos.
Hoy, Castilla-La Mancha dispone de una de las redes de recursos y dispositivos de salud mental más completa de España, con una asistencia adecuada y una integración social y laboral cada vez más factible, gracias al apoyo de las asociaciones de familiares y los profesionales de los servicios sanitarios y sociales. Un esfuerzo conjunto que permite no sólo mejorar la calidad de vida de estos pacientes sino también la de todos los ciudadanos.
Este trabajo en equipo ha permitido al Gobierno de Castilla-la Mancha aprobar de manera consensuada sucesivos planes regionales de salud mental ajustados a la realidad de cada momento, el último de ellos vigente hasta 2010, y con un presupuesto que ronda los 200 millones de euros.
 
 
Política de calidad
El Gobierno del presidente Barreda también garantiza mediante una Carta de Servicios los derechos y deberes de los usuarios de los recursos de salud mental, además de fijar los estándares de calidad que deben regir en el funcionamiento de los dispositivos de salud mental.
Por tanto, estoy convencido de que la implicación de todos los profesionales de salud mental que trabajan en Castilla-La Mancha y el apoyo de las asociaciones de familiares permitirá que en los próximos años nuestra red de recursos para la atención a personas con enfermedad mental y a sus familias sea también una referencia en Europa.
En esa línea, vamos a elaborar el nuevo Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha, una vez que acabe el vigente hasta 2010, para impulsar la plena normalización social de las personas con enfermedad mental. Un plan que estará entroncado con los principales ejes del Plan de Salud y Bienestar Social 2011-2020, que tiene como principal línea de actuación la de promover la excelencia en la atención sociosanitaria.
El Gobierno de Castilla-La Mancha está con la salud mental, con las personas que sufren la enfermedad y con sus familiares, con los profesionales que les atiende y con la sociedad que reclama la mejor atención posible para estos pacientes, la misma que se presta a cualquier otra patología.
Ese es nuestro compromiso, hace veinte años, ahora y en las próximas décadas. Y lo hacemos con responsabilidad, con ilusión y con el respaldo presupuestario necesario, porque en nuestra tierra nos gusta trabajar siempre con palabras y hechos. Así nunca se las lleva el viento.