177.000 hectáreas de la zona contarán con figura de preservación ALTO TAJO: HACIA EL DESARROLLO SOCIAL GRACIAS A LA PROTECCIÓN NATURAL
La dificultad de reflejar con palabras la riqueza natural del Alto Tajo fue salvada por José Luis Sampedro en su novela "El río que nos lleva", que convirtió a este curso de agua en un personaje más y no sólo en un escenario de la acción narrativa. La bravura en este tramo del Tajo es desencadenante de situaciones y dirige las vidas de los gancheros de la misma forma que empuja a los troncos a través de su cuenca.
Desde el tiempo a que nos remite la novela hasta la actualidad ha cambiado la forma de transporte de la madera pero se ha conservado un patrimonio natural que hoy cobra aún más valor.
El objetivo de preservarlo y mantenerlo es lo que ha movido a la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente a concretar un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales donde se ponga freno a las actividades impactantes, además de fomentar su conocimiento y dinamizar los núcleos de población que se localizan en este área.
El proyecto propugna la declaración como Parque Natural de 109.000 hectáreas de la zona del Alto Tajo, la delimitación de otra zona de 1.709 hectáreas como Monumento Natural del Río Cuervo y una pequeña superficie de 11 hectáreas como Reserva Natural para la flora de los prados húmedos de Torremocha del Pinar, por la importancia de una población específica de helecho que se localiza en esté área. El conjunto se completa con una zona periférica de protección donde habrá limitaciones a actividades muy concretas que puedan tener incidencia en el conjunto preservado.
En total, 177.000 hectáreas que comprenden la zona del Alto Tajo y las hoces formadas por sus principales tributarios, junto con áreas adyacentes ocupadas por formaciones vegetales boscosas o arbustivas de gran interés. La superficie pertenece a 36 términos municipales de Guadalajara y dos de Cuenca.
El jueves pasado, el Consejo Asesor de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha dictaminó a favor de la protección del enclave, último paso de un largo proceso de más de dos años, donde se ha buscado informar y consultar para atender las distintas sensibilidades y adaptarlo a las necesidades de equilibrio entre el medio y sus habitantes. Únicamente ha sido imposible vencer las férreas posiciones que se niegan a cualquier tipo de protección. El Consejero de Agricultura y Medio Ambiente ha enviado el texto al Consejo de Gobierno para su valoración y aprobación si procede.
Desarrollo social y económico
Los gancheros de la novela ya han desaparecido del Alto Tajo, dentro de una dinámica de despoblación de la zona que pone en peligro la pervivencia del patrimonio cultural irrepetible que supone cada pueblo. Ahora, su herencia natural puede ser su oportunidad de futuro, porque la naturaleza ha cobrado un valor creciente en una sociedad marcadamente urbana, el medio ambiente surge como una demanda que requiere ser cubierta con nuevas ofertas.
La dinamización social y económica ha marcado las directrices del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Alto Tajo, porque no sólo hay que preservar los recursos naturales sino garantizar la continuidad de unas actividades tradicionales que han demostrado su compatibilidad con el medio natural, además de buscar fórmulas generadoras de renta para los habitantes.
Junto al PORN del Alto Tajo, la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente ha enviado al Consejo de Gobierno un Plan de desarrollo sostenible donde se definen las posibilidades sociales y económicas que ofrece la protección de la zona, con una garantía de continuidad de las actividades tradicionales.
De forma expresa, el Plan de Ordenación del Alto Tajo refleja como compatibles con la protección del espacio natural las actividades agrícolas y ganaderas, los aprovechamientos forestales, caza, pesca, recogida de hongos y la construcción sobre suelo calificado como urbanizable por la normativa de cada municipio. Todos estos usos no suponen amenaza para el medio y son responsables en gran medida del actual paisaje y grado de conservación.
Actividades autorizables y prohibidas
En cambio, sí era necesario regular otras actividades cuyo incremento o práctica descontrolada podrían originar perjuicios para la fauna, la flora o el mantenimiento del conjunto geológico. Entre los usos que se ordenarán en el espacio natural protegido se pueden citar las actividades turísticas en la naturaleza, la recolección de especímenes de fauna y flora, la explotación de recursos minerales (cuando no sea de aplicación la Ley de Minas) y actividades deportivas como escalada, espeleología, navegación o barranquismo. La regulación no significa que se prohíban, sino que se aplicarán limitaciones para evitar que supongan una amenaza para el conjunto natural.
Será necesaria una autorización previa de la Administración Regional para otras prácticas y actuaciones como la instalación de nuevas minicentrales hidroeléctricas, aprovechamiento de aguas minerales, tendidos eléctricos, vertederos y escombreras, uso de explosivos, introducción de especies de fauna o flora, y competiciones deportivas, por citar algunas.
Por último, estará prohibida la instalación de plantas incineradoras de residuos u otras que produzcan residuos tóxicos o peligrosos; nuevas instalaciones de acuicultura; la navegación en humedales con fines recreativos o deportivos; la construcción de aeródromos o helipuertos (salvo los destinados a extinción de incendios o protección civil); la realización de deportes aéreos; y las centrales nucleares, térmicas, geotérmicas, parques eólicos y fotovoltaicos.
El objeto de la protección del Alto Tajo es asegurar la conservación de los valores naturales de la Zona, procurando su restauración cuando se encuentren degradados, así como fomentar los aprovechamientos tradicionales y el turismo de naturaleza, de forma que queden sentadas las bases de un desarrollo sostenible.
Grandes valores naturales
El Alto Tajo constituye el sistema de hoces fluviales más extenso y mejor desarrollado de toda Castilla-La Mancha, con una excelente calidad de las aguas y un mínimo grado de alteración humana, que supone un área geográfica de excepcional importancia desde el punto de vista de la conservación de la biodiversidad.
La zona del Alto Tajo ya cuenta con un programa LIFE de la Unión Europea, el tercero aplicado en Castilla-La Mancha, que contempla acciones de conservación de especies entre las que destacan la nutria y el desmán por su especial escasez, sin olvidad otras aves que están catalogadas como "en peligro de extinción". Las actuaciones son seguimiento de poblaciones, fomento de la reproducción, adecuación de pistas forestales y otras medidas correctoras.
Entre las especies propias de la Península Ibérica aquí se encuentran el sapillo pintojo ibérico, eslizón ibérico, topo ibérico y cabra montés. En total están presentes 189 especies, de las cuales 123 son aves, 42 mamíferos, 15 reptiles y 9 anfibios.
Las aves representan la clase zoológica vertebrada con mayor riqueza específica. Se pueden destacar algunas de especial significado ecológico como águila real, águila perdicera, alimoche, búho real, buitre leonado o halcón. En el Cañón de Alto Tajo, desde su nacimiento hasta Ocentejo, ya existe una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) que se ha integrado en la RED NATURA 2000 de Zonas de Especial Conservación de la Unión Europea.
En el Alto Tajo existen diez especies de peces, de las cuales seis son endemismos de la península ibérica, barbo común, boga de río, cacho, bermejuela, calandino y lamprehuela. La trucha es la especie más emblemática y se encuentra en todos los tramos fluviales de la zona.
La zona posee un amplio espectro de hábitats vegetales, de los cuales un tercio son de interés comunitario. Su flora es diversa y rica, presentando numerosos enclaves de pequeña extensión con endemismos, rarezas o especies en peligro. Se estima que el catálogo florístico alcanza una cifra cercana a 1.500 especies, lo que supone el 17,6% de la flora peninsular y balear. En términos generales se puede considerar el Alto Tajo como un área de elevado interés desde el punto de vista botánico.
Los pinares constituyen la vegetación dominante en la zona, ocupando en torno al 56% de su superficie total, seguidos de los sabinares con el 13%. Además, hay encinares, quejigares y melojares.
En definitiva, un catálogo interminable de razones para la protección que también sirve para justificar los apoyos a la población y el fomento de nuevas actividades de renta. En el debate sobre las posibilidades de conjugar preservación y desarrollo, el Alto Tajo es un ejemplo de que es posible lograr beneficios conjuntos. El objetivo final es que, pasado el tiempo, los lectores de "El río que nos lleva" sólo echen en falta gancheros y troncos, pero no la riqueza natural que subyace en cada página del libro.



