La estrategia presentada este lunes pone su foco, esfuerzo y recursos en la reducción del desperdicio alimentario como una política ambiental prioritaria para Castilla-La Mancha, aunque sin renunciar a otros objetivos sociales, educativos y sanitarios. “Vamos a contar con una planificación que sirva no sólo para contemplar la donación de excedentes, sino también para la valorización de los alimentos en su redistribución y posibilitar la creación de empleo”, ha dicho el consejero de Desarrollo Sostenible, Jose Luis Escudero.