“En los últimos años, organismos internacionales han manifestado en numerosas ocasiones su compromiso respecto a la lucha contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo. El año 1997 fue declarado “Año Europeo contra el racismo” y desde entonces han sido muy numerosos los actos y las declaraciones a favor de la convivencia multicultural y multiétnica, en pro de la diversidad y del respeto y protección a los derechos humanos.
Textos tan importantes como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y nuestra propia Constitución no dejan lugar a dudas; su mensaje es claro y contundente: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos...”, “Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social”.
Frente a estas declaraciones que todos compartimos en la teoría, la presencia continua de actitudes y comportamientos de índole racista y xenófobo plantea un desafío importante a nuestras sociedades.
Todos sabemos que en los últimos tiempos se han incrementado peligrosamente las agresiones racistas y las manifestaciones soterradas de prejuicios y discriminaciones en todos los ámbitos.
Estas actitudes de miedo a lo diferente, terriblemente peligrosas por irracionales, nos obligan a permanecer alertas, incluso en sociedades como la nuestra, en las que hoy por hoy, no existen graves problemas de discriminación étnica o racial.
En los últimos años, y especialmente desde 1997, declarado Año Europeo contra el Racismo y la Xenofobia, el Gobierno regional, a través de la Consejería de Bienestar Social, fundamentalmente, promueve y apoya numerosos proyectos y actos cuyos objetivos comunes son, sobre todo, subrayar la amenaza que constituye la discriminación étnica o racial para el respeto a los derechos fundamentales; fomentar la reflexión y el debate en todos los ámbitos sobre las medidas necesarias para luchar contra estos fenómenos indeseables; sensibilizar a la población sobre el enriquecimiento personal, social y cultural que conlleva el intercambio cultural como forma de entender la convivencia en nuestras sociedades actuales.
Finalmente, me parece importante hacer referencia a algunos programas de la Consejería de Bienestar Social, a través de los cuales venimos luchando directa o indirectamente contra la discriminación racial y en favor del desarrollo del ser humano; de la integración social, laboral y cultural de las minoría étnicas; especialmente del pueblo gitano y, ahora también, de los inmigrantes.
En lo que se refiere al pueblo gitano, llevamos ya muchos años luchando por mejorar sus condiciones de vida y situarles en niveles de igualdad con el resto de los ciudadanos; tratando de fomentar el respeto a su cultura y propiciando una mejor convivencia entre los ciudadanos, con el fin de prevenir actitudes racistas. En este año, la Consejería de Bienestar Social destinará casi 100 millones de pesetas a proyectos de intervención social con el pueblo gitano; pero, además, estamos ya trabajando con el resto de consejerías implicadas y con representantes de asociaciones gitanas en lo que esperamos que en breve sea el Plan de Desarrollo Gitano de Castilla-La Mancha.
Por otra parte, y como a la mayoría de los ciudadanos, nos preocupa mucho últimamente, la problemática de la población inmigrante. La Consejería de Bienestar Social, dentro de sus límites competenciales, persigue a través de su programa de atención a inmigrantes, refugiados y desplazados garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de los inmigrantes que, por motivos fundamentalmente económicos, llegan a nuestra región. Tenemos en marcha, desde hace años, varios proyectos de orientación y asesoramiento jurídico, laboral, formación profesional, integración social, etc. En el año 2000 la cantidad que la Consejería de Bienestar Social destinará a este programa asciende a unos 110 millones de pesetas”.
Tomás Mañas
Consejero de Bienestar Social