DÍAZ-SALAZAR AFIRMA QUE EL DISEÑO NO ES UN COSTE SINO UNA INVERSIÓN EMPRESARIAL
Los Premios, entregados esta tarde en la Consejería de Industria y Tecnología, en su segunda edición, han recaído en el diseñador conquense Roberto Turégano y la empresa Balneario y Aguas Solán de Cabras.
El consejero de Industria y Tecnología, José Manuel Díaz-Salazar, destacó esta tarde en la entrega de los Premios Castilla-La Mancha de Diseño 2006, la imprescindible aportación del diseño al desarrollo económico y por tanto al bienestar de los ciudadanos al contribuir a dar valor y distinguir productos y servicios en un mercado competitivo.
El diseño, la innovación, la creación de marcas y la calidad fueron calificadas como imprescindibles por Díaz-Salazar para hacer frente a la fuerte competencia que llega de países emergentes cuyos costes de producción son imbatibles y ante los que hay que competir con estos parámetros para mantener el mercado actual, abrir otros nuevos y en definitiva, mantener el importante ritmo de crecimiento de nuestra economía en los últimos años.
Hacer cosas distintas, singulares y de mucha calidad dirigiéndose a mercados determinados permitirá que nuestra economía siga creciendo y contribuyendo a la riqueza y el empleo de nuestra gente, según sus propias palabras.
En este contexto, Díaz-Salazar recordó la obligación de la Consejería de orientar el crecimiento industrial ligado a los parámetros del siglo XXI y en particular al diseño porque tal como apuntó invertir en diseño no es un coste, es una inversión, preguntándose cuál sería realmente el coste de la falta de diseño para un empresario.
Si hiciéramos las cuentas de lo que supone invertir en diseño y lo que supone el coste del no diseño, creo que no habría ningún empresario que no tuviera claro que esta es la etapa industrial en la que invertir en innovación, imagen, marca y calidad no es una recomendación sino una estricta obligación para seguir creciendo de forma tan importante como lo estamos haciendo estos años, afirmó el titular de Industria y Tecnología.
Con el objetivo por tanto de incentivar a las empresas a utilizar el diseño y de reconocer a las que ya lo han incorporado a su estrategia empresarial y a los profesionales del sector, la Consejería de Industria y Tecnología creó hace dos años los Premios Castilla-La Mancha de Diseño que este año han recaído en el conquense Roberto Turégano y la empresa Balneario y Aguas Solán de Cabras.
Dada la calidad de los trabajos también han tenido una mención de honor la empresa Tecnología y Diseño Cabanes, de Ciudad Real y los diseñadores Javier Royo, de Sigüenza, y Salvador García Valentín, de Tomelloso.
A todos ellos trasladó Díaz-Salazar las felicitaciones del presidente Barreda y las suyas propias, destacando además que en esta edición tanto el diseñador como la empresa premiada sean de Cuenca, lo que ratifica la aportación de esta parte de Castilla-La Mancha a la cultura.
En ese sentido, manifestó que para la Región es un orgullo comprobar como imágenes corporativas muy importantes como las que representan los ganadores ponen en valor no sólo su trabajo sino a Castilla-La Mancha.
Incorporando diseño
Junto a la convocatoria de este premio Díaz-Salazar recordó que el Gobierno ha puesto en marcha otras iniciativas para impulsar el diseño aplicado a la producción industrial entre las que ha destacado la potenciación del Centro Regional de Diseño, ubicado en Cuenca, con el fin de que sea una referencia para los industriales y utilicen sus servicios.
Más ayudas y presupuesto para incentivar a las empresas la incorporación de profesionales de diseño; poner en valor el tejido de diseñadores de la región, 400 profesionales que ponen a disposición de los empresarios su saber hacer y que paralelamente están generando una actividad más en la Región.
Y la formación de diseñadores mediante la escuela online del Centro de Diseño de Castilla-La Mancha, cuyo primer curso piloto estará en marcha a finales de este año.
En definitiva apuntó- concebimos, desde el punto de vista de desarrollo económico y la competitividad industrial, el diseño como un bien intangible obligado a incorporarlo de forma decidida para ganar la competitividad.



