La guía, que ha sido presentada hoy en Toledo por el consejero de Sanidad, Roberto Sabrido, y el presidente de la Cecam, Jesús Bárcenas, tiene como finalidad que las empresas cuenten con una herramienta de trabajo para diseñar sus propios sistemas de análisis de peligros y puntos de control críticos (APPCC), como medida preventiva para garantizar la calidad y la seguridad alimentaria de sus productos.
La Consejería de Sanidad, en colaboración con la Confederación de Empresarios de Castilla-La Mancha (Cecam) ha elaborado un manual para la aplicación de sistemas de autocontrol en las 1.508 empresas del sector de la pastelería, repostería, bollería y confitería de la región, a fin de incrementar la calidad y la seguridad sanitaria de sus productos de alimentación.
Este proceso de autocontrol denominado sistema de análisis de peligros y puntos de control críticos (APPCC), es un sistema de carácter preventivo en materia de seguridad de los productos destinados al consumo humano, que se aplica en las fases de preparación, transformación, fabricación, envasado, almacenamiento, transporte, distribución, manipulación y venta o suministro del producto al consumidor.
Este manual permitirá, si me permiten el símil, que la empresa pueda contar con una herramienta de trabajo que le permita chequear todo su proceso de elaboración, manipulación y venta de los productos para garantizar al consumidor que tiene a su disposición unos productos más seguros, más sanos y de mayor calidad, dijo el consejero.
Sabrido recordó que desde 1996 la Consejería de Sanidad colabora con la Cecam para promover la implantación en las empresas de la región de estos sistemas de autocontrol, ya que por ley las empresas del sector de la alimentación son las responsables de la seguridad de los productos que ponen a disposición de los consumidores.
Según el responsable de la sanidad regional, somos consciente del esfuerzo de las empresas en el cumplimiento de esta exigencia legal y nuestro objetivo es facilitarles, desde el asesoramiento, los conocimientos sobre los procesos de autocontrol, así como las herramientas necesarias para la instauración de estos sistemas preventivos.
En ese sentido, recordó que la mayoría de los 1.500 establecimientos registrados y autorizados en Castilla-La Mancha en el sector de la repostería, pastelería, bollería y confitería son pequeñas y medianas empresas, por lo que son más imprescindible este tipo de ayudas.
La implicación de los empresarios de la región en materia de seguridad alimentaria es absoluta y pondré un ejemplo: de las casi 100.000 inspecciones, realizadas en 2003, que es el último ejercicio cerrado, en el 99% de los casos se ha cumplido la legislación vigente en esta materia, aseguró Sabrido.
El presidente de la Cecam, por su parte, agradeció el apoyo de la Consejería de Sanidad para promover entre el empresariado de la región la implantación de los sistemas de autocontrol porque preferimos antes el asesoramiento que las acciones.
Según Bárcenas, la vocación de los empresarios es hacer siempre las cosas bien y por eso colaboramos desde hace varios años con Sanidad en este campo, ya que estos sistemas de autocontrol son fundamentales para las empresas a fin de generar mayor confianza de sus productos a los consumidores, lo que permitirá incrementar su competitividad y generar más ingresos y más empleo.