El Plan, que tiene una vigencia inicial de cuatro años, deberá seguirse en las catalogadas como zonas vulnerables, y busca generalizar las buenas prácticas ambientales en la actividad cotidiana de nuestros agricultores y ganaderos.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado un Plan regional de actuación contra la contaminación provocada por la gestión inadecuada de los fertilizantes nitrogenados en la agricultura y de los residuos orgánicos en las explotaciones ganaderas, con el objetivo de optimizar los sistemas de producción de forma respetuosa con el medio ambiente.
La consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo, afirmó que este Plan de actuación, cuya Orden correspondiente ha sido publicada hoy en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, supone un importante paso para extender buenas prácticas ambientales en la actividad agraria y ganadera que van a reducir la contaminación de las aguas subterráneas y superficiales.
El Plan de actuación, que cuenta con el consenso de las organizaciones agrarias de la región, deberá seguirse en las catalogadas como zonas vulnerables, según una resolución de 2003, para reducir la contaminación por nitratos y que no se vean afectados los acuíferos. Estas zonas son Mancha Oriental, Lillo-Quintanar-Ocaña- Consuegra-Villacañas, Alcarria-Guadalajara y Madrid-Talavera-Tietar.
La titular de Medio Ambiente se mostró convencida de que este Plan de actuación optimizará los sistemas de producción en la actividad agraria y ganadera de forma compatible con la preservación del entorno, a través de la racionalización del uso de la fertilización nitrogenada y la adecuada gestión de los residuos orgánicos.
Se trata de generalizar las buenas prácticas ambientales en la actividad cotidiana de nuestros agricultores y ganaderos, lo que conllevará, además, un importante ahorro en los costes de producción, manteniendo los rendimientos y mejorando los márgenes brutos, aspectos fundamentales para garantizarles una renta adecuada, apuntó.
La consejera aseveró que este Plan de actuación sigue las directrices que marca la Unión Europea sobre la protección de la calidad sanitaria y medioambiental del agua, con el objetivo de evitar posibles repercusiones en la salud humana y en el entorno.
En este sentido, Arévalo subrayó que cada día cobra mayor importancia en la UE la necesidad de alcanzar un equilibrio entre las prácticas agrarias y ganaderas y la conservación del medio ambiente, y recordó que la última reforma de la Política Agraria Comunitaria incluye aspectos importantes de ecocondicionalidad que vienen a incidir en este sentido.
Asimismo, la consejera de Medio Ambiente destacó que los agricultores son cada vez más conscientes de que su actividad puede ocasionar diversos problemas ambientales y que su futuro depende en gran medida del uso y conservación de los recursos que el medio natural les facilita.
El Plan de actuación, que tiene una vigencia inicial de cuatro años, establece, entre otras exigencias, los límites máximos de fertilizantes nitrogenados que se pueden usar en cada uno de los cultivos, así como el momento y forma de aplicación adecuados.
También conlleva un programa de seguimiento y control de la calidad de las aguas, junto a las Confederación Hidrográficas correspondientes; el desarrollo de proyectos de investigación científica dirigidos a mejorar el conocimiento del nitrógeno en los sistemas agua-suelo-planta; y el fomento de planes de fertilización acordes con la situación de cada explotación.
De otro lado, se desarrollarán una serie de actuaciones encaminadas a mejorar la formación de los agricultores y ganaderos, en particular, los situados en las zonas vulnerables, así como de los técnicos que trabajan en el sector, y se trasladarán las medidas contenidas en el Código de Buenas Prácticas Agrarias, mediante cursos o charlas informativas.