Los cirujanos plásticos del Hospital de Guadalajara han logrado que 340 mujeres se vean mejor tras una mastectomía
Se realizan 50 reconstrucciones mamarias anuales desde 2009, año en el que comenzó a ofrecerse esta posibilidad a las mujeres que tenían que someterse a una extirpación de mama, fundamental para la recuperación del equilibrio físico y psicológico de la mujer.
Guadalajara, 8 de octubre de 2016.- La sección de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Universitario de Guadalajara ha realizado 340 reconstrucciones mamarias desde que en el año 2009 comenzara a ofrecerse esta posibilidad a las mujeres que tenían que someterse a una mastectomía.
Estas reconstrucciones se llevaron a cabo fundamentalmente con técnica DIEP y de manera inmediata a la extirpación de la mama. Según el jefe de la sección de Cirugía Plástica, Emilio García Tutor, aunque la realización simultánea de extirpación y reconstrucción “tiene una complicación añadida porque exige la coordinación de dos equipos quirúrgicos”, supone para la paciente una mejor recuperación psicológica, ya que “no llega a verse amputada” y favorece la forma en que reciben sus tratamientos, además de evitar “pasar dos veces por quirófano, con sus correspondientes bajas médicas y reingresos”.
DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator o Reconstrucción con colgajo) es la técnica más novedosa de reconstrucción mamaria, y en ella se emplea exclusivamente piel y grasa del abdomen, sin destruir músculo ni recurrir a materiales extraños para el cuerpo, como son los implantes mamarios. Se trata de crear un nuevo pecho lo más parecido posible a una mama natural, y es el método más recomendado por los oncólogos.
Para ello, se trasplanta grasa y piel del abdomen de la paciente a la mama, junto con los vasos que la irrigan, que se unen a una arteria y una vena mediante microcirugía para que tenga vascularización propia.
Esto permite remodelar una nueva mama que será muy parecida a la natural, con un color y tacto muy similares, de manera que se logra un resultado más satisfactorio y ello contribuye a recuperar el equilibrio físico y psíquico tras la mastectomía.
“Se trata de tejido vivo y evoluciona del mismo modo que la mama natural”, explica Emilio García Tutor, de modo que “si la paciente engorda o adelgaza también lo hace el volumen de la mama, que tiene una caída, tacto y consistencia prácticamente idéntica”.
Esta técnica, aparte de las ventajas estéticas que conlleva, resulta menos dolorosa, se evitan hernias y el uso de mallas sintéticas para reforzar la pared abdominal. Asimismo, la recuperación es mejor y más rápida y se evitan futuras reintervenciones así como el riesgo de rechazos, ya que el tejido pertenece a la propia paciente.
El Hospital Universitario de Guadalajara es centro de referencia en cuanto a este tipo de cirugía y recibe pacientes procedentes de toda la región. El equipo, compuesto por Emilio García Tutor, Gema Bustos, Miren Olaizola y Diego Navea, realiza cada año alrededor de 50 cirugías reparadoras de mama. Este tipo de intervención se ofrece siempre que haya que realizar una mastectomía, y se hace en todos los casos salvo que la paciente lo decline.
El cáncer de mama es el tipo de tumor más habitual entre las mujeres, y su tratamiento conlleva en muchos casos la pérdida de la mama. La reconstrucción mamaria va más allá de devolver la salud: es fundamental para la normalidad y el equilibrio psicológico de las mujeres que se someten a una mastectomía.