El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, reconoció la importancia de las Fiestas del Olivo de Mora (Toledo), que este año celebran su 51ª edición, pues rinde homenaje al olivar, una de las señas de identidad de la Región, junto a la vid y el vino.

Barreda, que pudo disfrutar de una parte del tradicional desfile que morachos y morachas organizan con motivo de estas fiestas, tuvo ocasión de compartir el almuerzo con más de 600 vecinos de la localidad. En este contexto, el presidente destacó la importancia que tienen estas fiestas que rememoran nuestra historia más profunda.

Así, aseveró que el aceite de oliva moracho, concretamente el cornicabra, es milagroso, una especie del famoso “Bálsamo de Fierabrás”, que todo lo cura, tal y como recogen los textos del Quijote.

Aprovechó el jefe del Ejecutivo regional para pedir un deseo, y es que entre los milagros que obra este aceite, se encuentre el de la paz y la cordialidad.

Las Fiestas del Olivo son tradicionales pues rinden homenaje al milenario árbol, principal fuente de ingresos de los agricultores morachos. Este año se celebra la 51ª edición. Precisamente el presidente tuvo palabras de reconocimiento para esta efeméride y manifestó que un pueblo que es capaz de celebrar una fiesta como esta “es un gran pueblo”.

Esta no es la primera vez que participa en las Fiestas del Olivo, pues tuvo ocasión de hacerlo cuando ostentaba el cargo de vicepresidente del Gobierno regional y en el año 2005 acompañando a su esposa, Clementina Diez de Baldeón, que fue pregonera de las mismas.

El alcalde de Mora, Leocadio Martín, agradeció la visita del presidente regional, así como el esfuerzo de morachos y morachas en la organización de estas fiestas y reivindicó seguir trabajando en la misma línea para hacer del aceite de Mora el más conocido de todo el país.